Los trabajadores municipales iniciaron una retención de tareas este viernes, garantizando guardias mínimas en servicios esenciales, en reclamo por mejoras salariales y laborales. El sindicato denuncia amedrentamiento por parte del Gobierno local.
En medio de la negociación paritaria, el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) lleva adelante este viernes una retención de tareas en diversas dependencias gubernamentales. A pesar de la medida de fuerza, desde la entidad gremial aseguran que se mantendrán las guardias mínimas en los servicios esenciales para no afectar a la población. La acción responde a la falta de recomposición salarial y busca presionar al Municipio para la apertura de paritarias y la mejora de las condiciones laborales.
El conflicto entre el STM y la gestión de Guillermo Montenegro se ha intensificado. El sindicato acusa al Ejecutivo de intentar asustar a los trabajadores y de confundir a la opinión pública sobre los derechos laborales. «El derecho a huelga está establecido en la Constitución», subrayaron desde el sindicato, defendiendo la legitimidad de la medida de fuerza. A diferencia de un paro, la retención de tareas con permanencia en el lugar de trabajo le dificulta al Gobierno identificar quiénes se adhieren y aplicar los descuentos anunciados.
Esta semana, la administración municipal habilitó una línea de WhatsApp (2233452639) para que los vecinos denuncien la falta de servicios, buscando así aplicar sanciones a los trabajadores adheridos a la medida. Desde el sindicato, sin embargo, recalcaron que no realizarán relevamientos del acatamiento para evitar presiones sobre los empleados. «El Ejecutivo busca amedrentar y confundir, pero nuestro derecho a huelga está amparado constitucionalmente», destacaron.
La situación económica de los municipales es crítica, según el sindicato, debido a la pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación. «Hemos recibido en lo que va del año un 20% sobre un 65% de inflación acumulada», señaló Daniel Zacarías, dirigente sindical. La retención de tareas y los «ruidazos» buscan visibilizar esta problemática y exigir una respuesta efectiva por parte del gobierno local.