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A partir del próximo 1° de diciembre, los combustibles tendrán un nuevo ajuste, con un incremento promedio estimado del 3%. 

Este ajuste responde a la combinación de la devaluación mensual del tipo de cambio oficial, el alza en el precio internacional del crudo y la actualización del impuesto a los combustibles líquidos (ICL). Si bien la suba podría ubicarse levemente por debajo de ese porcentaje, como ocurrió en noviembre, será el segundo mes consecutivo con aumentos en el sector.

Actualmente, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los precios promedio en YPF son de $1.077 por litro de nafta súper, $1.332 por la Infinia, $1.092 por el diésel común y $1.343 por el premium. Con el aumento, llenar el tanque de un vehículo como el FIAT Cronos costará más de los $48.465 actuales con nafta súper y $59.940 con premium. Las principales petroleras del país, como Shell, Axion y Puma, seguirán el movimiento de precios liderado por YPF, que domina cerca del 60% del mercado.

El ajuste no solo impacta en los bolsillos, sino también en el mercado interno. Según datos de la Secretaría de Energía, las ventas de combustibles crecieron un 9,2% en octubre frente a septiembre, aunque registraron una caída interanual del 10,4%. Este retroceso refleja el efecto de las recientes subas de precios y la comparación con el elevado consumo registrado durante la crisis de abastecimiento en las elecciones de 2023.

Pese a la caída interanual, todas las provincias mostraron recuperación en octubre, destacándose Salta (+9,9%) y Neuquén (+8,3%). Sin embargo, regiones como Corrientes, Misiones y Formosa sufrieron las mayores bajas anuales, con descensos de hasta el 31%. El impacto de estos ajustes continuará moldeando la dinámica del sector, marcada por la fluctuación del dólar y las tensiones en el mercado internacional.

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